Los medios de comunicación (como la TV, radio, prensa…) se presentaron en nuestro mundo como una herramienta de difusión de la información. El mundo 1.0 era un universo estático donde los espectadores eramos pasivos y nos limitábamos a informarnos sin aportar nada al mundo. Leíamos, nos informábamos y, tal vez, comentábamos la jugada con el vecino. Nada más.
Pero eso queda tan lejos que ya no recuerdo cuando fue la última vez que me limité a leer y escuchar sin abrir ni siquiera la boca para hablar, criticar u opinar.
Bienvenidos al mundo 2.0, donde los protagonistas somos las personas. Creamos contenido, somos espectadores activos y generamos conversaciones. La cantidad de información que circula por el mundo es infinita y los medios tradicionales no son los únicos canales de comunicación existentes (benditas redes sociales).
A todo ello, aparece un problema: la infoxicación (intoxicación de información). Recibimos tal cantidad de información en tan poco tiempo que nuestra cabeza es incapaz de procesarla toda. De todo lo que se emite, solamente captamos el 10%.
L.
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